Buscar este blog
GLOBALIZACION
La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global.
La globalización es a menudo identificada como un proceso dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo el capitalismo democrático o la democracia liberal y que han abierto sus puertas a la revolución informática, plegando a un nivel considerable de liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus relaciones internacionales.
EFECTOS DE LA GLOBALIZACION
La mundialización de la economía actual, a veces llamada mundialización con la intención de diferenciarla de las anteriores fases de la integración económica, tiene efectos negativos tanto en lo referente a las economías, como a las sociedades, a las condiciones de vida y a los medios de vida en sí mismos. En cuanto a estos efectos negativos, resaltaremos cinco de ellos:
1. El crecimiento sin empleo
Una de las características más paradójicas de la mundialización actual, es que en lugar de conducir hacia el crecimiento del empleo, por el contrario, se sustenta en la reducción de efectivos, tanto en el sector privado como en el público.
Desde la entrada en vigor del ALC en 1989, y después del ALCA en 1994, el empleo decreció en casi un 15% en los sectores que no se vieron afectados por el libre comercio, este dato se puede comparar con el 8% de baja que se dio en los sectores que sí lo fueron. En realidad, el Acuerdo, contribuyó, como mucho, a ralentizar la caída del empleo en el sector manufacturero. Por otra parte y de manera más significativa, Quebec conoció tasas de desempleo particularmente elevadas durante los últimos diez años (más de un 11%), bajando a un 9,9% al final de 1998.
2. El empobrecimiento
Actualmente, estamos asistiendo a la agudización de un doble fenómeno: por un lado, el incremento de la distancia entre los países ricos y pobres, y por otro, del existente entre ricos y pobres en todos los países que no prevén medidas específicas para contrarrestar los efectos del empobrecimiento.
Por otra parte, también asistimos a la emergencia de un fenómeno nuevo, el del crecimiento de la pobreza absoluta. Esta pobreza absoluta tiene un sexo, dado que son sobre todo las mujeres las primeras víctimas, y ello ocurre, tanto en las sociedades industrializadas como en las sociedades tradicionales.
3. Las crisis financieras
La crisis asiática y la que amenaza América Latina se encuentran directamente relacionadas con un aspecto específico de la mundialización, el que solemos llamar la globalización de los mercados, y en particular, la globalización de los mercados financieros y especulativos. Esta crisis fue provocada a partir de 1997 por las salidas masivas de capitales, realizadas por inversores privados internacionales en busca de mejores rendimientos pero excesivamente temerosos ante la menor incertidumbre. Hay que resaltar que el desmantelamiento de los distintos controles nacionales sobre los movimientos internacionales de capitales, que se realizó, con la presión del Fondo monetario internacional (FMI) y a favor de tratados como el ALCA, es un factor que ha contribuido a la inestabilidad creada por flujos masivos de capitales.
Después de la crisis asiática de 1997, siguieron la de Rusia en 1998, la de Brasil y las de otros países de América Latina en 1999. En cada uno de estos casos, la receta dictada por el FMI y las instituciones financieras privadas fue la misma: privatizaciones de los servicios públicos, importantes recortes en los presupuestos sociales, incremento de los tipos de interés y reducción de los salarios reales. La aplicación de estas políticas tuvo como resultado natural e inevitable una explosión de desempleo, de miseria y tensiones sociales. Este es el motivo por el cual, organizaciones progresistas en los distintos continentes exigen una refundación de las instituciones financieras internacionales (como el FMI), la instauración de controles nacionales sobre los flujos internacionales de capitales y el establecimiento de una tasa mundial sobre transacciones financieras internacionales (más conocida como la Tasa Tobin).
4. el deterioro medioambiental
La mundialización de los mercados tiene importantes consecuencias sobre el medio ambiente. El comercio internacional lleva consigo efectos nefastos por necesidad sobre el medio ambiente, como la sobreexplotación de los recursos naturales renovables y no renovables, una mayor generación de residuos de todo tipo, la pérdida de biodiversidad y un mayor consumo energético a causa del transporte de bienes y mercancías en distancias largas. Estos efectos, sobre el medio ambiente se acentúan con iniciativas cuyo objetivo es una mayor liberalización del comercio internacional. Por otra parte, el marco actual en materia de comercio e inversiones internacionales no toma en consideración los costes medioambientales en cuanto a la regulación de los intercambios internacionales. Dichos costes se consideran entonces externos (sin incorporar dentro de los costes de producción) mediante el juego entre empresas y Estados que ven una ventaja competitiva. De ello deriva una carrera por parte de los Estados hacia una desreglamentación en el ámbito medioambiental y una mayor tolerancia (incluso, una indiferencia) en cuanto a la aplicación de normas y mecanismos de control medioambiental (véase el texto en anexo sobre la desreglamentación en Quebec).
Las consecuencias sobre el medio ambiente engendran inevitablemente un mayor deterioro de nuestro patrimonio natural causado por su sobreexplotación y una mayor contaminación, las cuales constituyen finalmente una pérdida de espacios naturales y una amenaza directa para la salud y la subsistencia de las generaciones humanas presentes y futuras. La externalización de los costes medioambientales, a menudo denominado, "dumping medioambiental", constituye en realidad una subvención disfrazada para la producción, y constituye pues un fracaso tanto desde el punto de vista del libre comercio como desde el desarrollo duradero
La mundialización de los mercados, ha de ampararse tanto en una justificación medioambiental y social como en una justificación económica. A estos efectos, necesitamos, entre otras cosas, la puesta en marcha de procesos de consulta directa y democrática para los ciudadanos y ciudadanas y los organismos de la sociedad civil. Dichos procesos introducirían el conjunto de justificaciones antes de acentuar la mundialización de los mercados y formarían parte de todos los procesos transparentes de toma de decisión.
5. La militarización:
La situación económica de América Latina resulta ser un auténtico caldo de cultivo propicio para la emergencia de futuros lideres populistas de inspiración autoritaria, cercanos al ejército, como en el caso de Venezuela, Paraguay, Perú y Bolivia. Madeleine Albright, secretaria de Estado en Estados Unidos, declaró en mayo de este año que en caso de no poner un freno al creciente reparto desigual de la riqueza, podríamos asistir a desequilibrios políticos y al retorno de gobiernos autoritarios en América Latina. En un correo electrónico procedente del American Friends Services Comités (Comités de servicios de amigos americanos) de la Universidad de Boulder, en Colorado, se afirma que los equipamientos y la formación recibidos por las autoridades contra la droga pueden fácilmente servir para fines represores contra insurrecciones. Se señala igualmente que la ayuda de Estados Unidos para la lucha contra la droga en América Latina aumentó en más de un 150 por ciento durante los últimos diez años, sin embargo, según las estimaciones del mismo departamento de Estado, la cultura de la coca aumentó en un 11, 7 por ciento y la producción de opio se duplicó durante este mismo período.
IMPACTO EN LA ECONOMIA NACIONAL
Las limitaciones del modelo de industrialización por sustitución de importaciones comenzaron a sentirse en Colombia, como en el resto de América Latina, desde finales de los años 1960. Como respuesta se modificó el manejo de la tasa de cambio, introduciendo la devaluación progresiva, se incentivó la integración comercial con los países andinos y se viró de un crecimiento hacia adentro a un crecimiento hacia afuera, basado en la diversificación y expansión de las exportaciones. Posteriormente, desde mediados de los años 1970, empezaron a introducirse reformas profundas de liberalización y desregulación del manejo económico. Finalmente, desde comienzos de los 80, la descentralización hizo su aparición, tomando cada vez más fuerza desde aquel entonces. Así, apertura, liberalización y descentralización se convirtieron en los ejes de la profunda transformación socioeconómica experimentada por Colombia en los últimos 30 años. Aunque estas transformaciones no han transcurrido lineal ni armónicamente, si han marcado unos derroteros de cambio, descritos a continuación. Por tanto, así como la globalización a nivel planetario, la mundialización en el plano nacional se traduce en la aparición de reglas del juego radicalmente diferentes a las prevalecientes en el período anterior, introducidas en medio de contradicciones y ciclos de avance o retroceso. Se modificaron así los parámetros orientadores de las relaciones de la economía nacional con el resto del mundo (apertura), de manejo interno de la economía (liberalización-desregulación), y el sistema de responsabilidades y competencias entre los diferentes niveles territoriales del estado y del gobierno (descentralización).
En su componente de liberalización, el comercio exterior es hoy mucho más abierto y menos regulado y el manejo económico se hace sin acudir al complicado sistema de incentivos y castigos sectoriales del pasado. El manejo de la economía intenta no acudir a la promoción de sectores específicos y ofrecer condiciones generales de estabilidad cambiaria, financiera y monetaria para que las actividades más competitivas se destaquen sin necesidad de ayuda pública. Se intenta, sin embargo, sostener una política social activa, fundamentada en la focalización a grupos más vulnerables y el otorgamiento de subsidios a la demanda.
La descentralización significó una mayor autonomía política de municipios y gobernaciones quienes eligen hoy directamente y por voto popular a sus gobernantes. Adicionalmente, para el caso de los municipios, el gasto y la inversión social, ahora ejecutada principalmente por ellos, se financia a través de un fondo de transferencias asignado con criterios sociales redistributivos, usando fórmulas fijas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)